La historia del vehículo eléctrico que seguro no sabías
Aunque parezca que sí, y que los automóviles eléctricos son una grandísima novedad y avance tecnológico, lo cierto es que no lo son en absoluto. A principios del siglo XX, llegaron a representar la gran mayoría del parque automovilístico.
Fue con la llegada del Ford T, y la bajada brusca del precio del petróleo cuando la industria los dejó de lado para ponerse viento a favor de los coches con motores de combustión interna.
Algunos de los primeros ejemplares de estos pequeños amigos de la antigüedad fueron el Flocken Elektrowagen (1888) o el modelo La Jamais Contente (1889), que podía alcanzar los 105 km/h.
¿Por qué se inventaron? ¿Y cómo han cambiado a lo largo del tiempo?
Con la invención del ferrocarril a finales del siglo XVIII, que facilitó el transporte en largas distancias, la movilidad individual seguía relegada a carruajes de tracción animal, lo que movió a industriales e ingenieros a invertir todo su tiempo y esfuerzo en buscar una solución para mejorar los desplazamientos particulares.
Uno de los ingenieros más importantes de la historia para el automóvil eléctrico fue el húngaro Ányios Jedlik, que creó el corazón de todas las maquinas eléctricas en el año 1828, el primer motor eléctrico del mundo, que más tarde fue aplicado a un pequeño modelo de coche.ç
Paralelamente, el herrero estadounidense Thomas Davenport, construyó en 1834 un artilugio similar que rodaba en una pista circular electrificada.
Dicho todo esto, a quien verdaderamente se le atribuye el nombre de padre del vehículo eléctrico es al empresario y químico escocés, Robert Anderson, quien trabajó y presentó entre 1832 y 1839 un prototipo que ofrecía una evolución de un carruaje tradicional alimentado por celdas eléctricas.
A pesar del desarrollo de múltiples modelos de coches eléctricos durante los años posteriores, las limitaciones de las baterías no ayudaban mucho a que fuesen muy prácticos.
Fue en el año 1859, cuando el científico francés Gastón Planté inventó las baterías recargables de plomo y ácido, que permitían que el vehículo no tuviera que estar conectado a la red.
Definitivamente, en 1888, aparece en Alemania el que es considerado como el primer coche eléctrico, el Flocken Elektrowagen, inventado por el inventor y empresario Andreas Flocken. Tenía el diseño de una calesa, cuatro ruedas, un motor de 0,7 kW, una batería de 100kg y alcanzaba los 15 km/h.
¿Cuándo se empezaron a usar los coches eléctricos?
Tras la aparición de la batería recargable, el coche eléctrico se convirtió en todo un éxito a principios del siglo XX en las ciudades. Los primeros usuarios comerciales fueron los taxistas de Nueva York, llegando a ampliarse a casi la mayoría del parque móvil según historiadores que estiman que eran la gran mayoría de vehículos en circulación en el año 1900.
Entre los vehículos más vendidos destacaron el Porsche Egger-Lohner P1 o el Baker Electric, y entre los fabricantes estaba el más reconocido por poseer las baterías diseñadas por el mismísimo Thomas Alva Edison, Ohio Baker Electric.
Los coches eléctricos se convirtieron así en los vehículos favoritos, especialmente para las clases altas y comerciantes, debido a su elevado precio. Anulaban el ruido, no desprendían olores ni gases que ensuciaran el ambiente y a los ocupantes, su autonomía permitía cubrir los desplazamientos del día a día y la electricidad comenzaba a llegar a la mayor parte del mundo, lo cual facilitaba la recarga.
En el año 1911, el New York Times describía al vehículo eléctrico como el coche del futuro y afirmaban que incluso los fabricantes de los coches de gasolina los utilizaban para su uso personal.
¿Por qué se acabaron imponiendo los coches de combustión?
La producción de los vehículos eléctricos alcanzó su pico en 1912, hasta que los coches de combustión interna empezaron a ganar y ganar terreno por varios motivos:
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Arranque automático: Se resolvió el principal problema de los coches de la época, ya que tenían que ser arrancados con una manivela, lo cual resultaba un procedimiento muy tedioso. El arranque automático mediante llave de los coches de combustión hizo que los eléctricos perdiesen bastantes puntos.
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Producción en cadena: En 1908, Henry Ford revolucionó el sector automovilístico al presentar el Ford T, un coche de combustión fabricado con un sistema de producción en cadena que abarataba considerablemente el precio final.
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Descubrimiento de reservas de petróleo: El hallazgo de importantes reservas de petróleo en el mundo hizo de la gasolina un bien asequible.
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Deficientes condiciones técnicas: Las primitivas infraestructuras de generación y distribución eléctrica y la percepción de la autonomía del coche como uno de los puntos clave a la hora de comprar, relegaron al coche eléctrico a la sombra.
En resumen, los coches eléctricos no son una novedad, ya fueron inventados hace muchísimas décadas, y tuvieron su época de auge tecnológico e innovador, llegando a considerarse vehículos futuristas.
¿Se puede decir que dimos marcha atrás?