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Renault abandona las mecánicas PHEV

La firma francesa dado los números estadísticos proporcionados por los PHEV ha decidido prescindir de sus mecánicas

La electrificación automovilística ha puesto patas arriba el mundo del motor, y los movimientos de las altas esferas con el establecimiento de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE), prohibiciones de coches de combustión en 2035, etc…traen auténticamente locos a los conductores que ya no saben que coche comprar.

A pesar de todo, parece que el camino viene marcado por el coche eléctrico, aunque aún no hay nada claro y las maneras de llegar hasta la electrificación total son bastante variadas como para asegurar algo desde un principio.

Con todo esto, los distintos fabricantes analizan el estado del mercado y su evolución, haciendo cálculos estimados y previsiones del futuro de la automoción, trazan su plan, y en algunos casos toman decisiones que, a priori, son bastante chocantes.

Los números mandan: Renault abandona a los híbridos enchufables

El mes pasado salía a la luz la decisión de la firma francesa de eliminar las mecánicas PHEV de los Renault Captur y Renault Mégane dado los fríos números que estaban proporcionando a la empresa.

Los resultados comerciales del primer trimestre de Renault fueron francamente buenos, con un aumento del 9% en ventas debido, principalmente, al crecimiento en el segmento C con los Arkana, Austral, Mégane E-Tech…Además, también aumentó la demanda de los modelos electrificafos. Sin embargo, no fue así en todos los segmentos.

Parece ser que en los mencionados Captur y Mégane la demanda de mecánicas híbridas enchufables es muy baja, lo que ha llevado a la compañía a eliminarlas y, de paso, a quedarse sin ningún PHEV en su gama.

Unos costes difíciles de justificar

Desde el punto de vista teórico, los sistemas híbridos enchufables son los más indicados para 2023 si se está pensando en adquirir un coche.

Por un lado, las limitaciones cada vez más estrictas para los coches de combustión hacen que no contar con electrificación en un coche nuevo parezca una mala opción. Por otro lado, a todas luces, salvo en casos muy concretos, es demasiado pronto para comprar un coche totalmente eléctrico.

En este panorama, un PHEV o híbrido enchufable combina lo mejor de ambas opciones: Puede actuar como un eléctrico en el día a día, si se lleva cargado el consumo de combustible es muy bajo, tienen buen rendimiento y cuentan con la etiqueta CERO de la DGT. La opción perfecta, ¿no? No del todo.

El principal pero de este tipo de mecánicas es su coste. Emplean un sistema de propulsión muy complejo, que debe combinar la parte térmica y la eléctrica, lo que resulta en unos costes de producción bastante elevados, y se traduce en un aumento del precio respecto a los híbridos convencionales.

Esto es algo que se puede ver mejor en modelos premium o de segmentos superiores, pero que en una marca algo más generalista y en segmentos B y C supone una notable diferencia de tarifa que muchos clientes no están dispuestos a asumir. Dicho esto, es normal que un fabricante se plantee abandonar esta opción de mecánica.

Movimiento acertado

Con todo lo que hemos comentado, el movimiento de Renault es si no acertado, al menos lógico.

La firma francesa tiene una oferta electrificada bastante amplia, ofreciendo opciones de este tipo en la práctica totalidad de sus modelos, incluyendo los que han perdido su alternativa PHEV.

Por otro lado, la situación nos invita a pensar que el futuro de los coches pequeños y urbanos pasa casi exclusivamente por las mecánicas 100% eléctricas, territorio en el que la marca ya se ha hecho un hueco con el Renault Zoe, que goza de buena aceptación y de unas notables cifras de ventas.

Así, Renault ha decidido apostar por los dos extremos y dejar a un lado la vía media: Asegurar el presente y corto plazo con versiones híbridas baratas y empezar a construir su futuro con los eléctricos a medio plazo.

 

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