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Los vehículos que fueron fracasos comerciales

A lo largo de la historia se han producido automóviles que, a pesar de ser auténticos cochazos, no han tenido ningún tipo de éxito comercial

 

En la fabricación de un automóvil intervienen muchos factores que, a la larga, suponen una inversión económica muy potente, por lo que, cuando una marca concibe un modelo, pretende conseguir un volumen de ventas importante para recuperar esa inversión y, además, buenos beneficios. Eso sí, existen situaciones que se vuelven auténticos fracasos comerciales y resuenan contra todo lo estudiado por la marca:

Volkswagen Phaeton

A principios de los 2000, Volkswagen se empeñó en producir un sedán lujoso que compitiese con modelos como el BMW Serie 7, el Mercedes Clase S y el Audi A8. Fue así como concibió el voluminoso Volkswagen Phaeton, un vehículo impresionante que, en algunos apartados, hasta llegaba a superar al Audi A8, pero claro…no es lo mismo lucir un logotipo que otro.

El Phaeton llegó al mercado en el año 2003, con motores diésel y gasolina de entre 224 y 450 CV, y un listado de precios entre los 66.000 y los 136.000 euros. Tuvo un restyling en el año 2010, pero nunca terminó de funcionar en ventas y la marca decidió desterrarlo.

Renault Avantime

El Avantime fue un vehículo que quizás, si hubiese nacido en otra época, habría triunfado, pero como su propio nombre indica, se adelantó a su tiempo y lo pagó muy caro.

Desarrollado por Matra, la firma francesa lo lanzó al mercado en 2001, en plena transición de peseta a euro. Se trataba de un concepto muy novedoso, que mezclaba carrocería monovolumen con otra coupé de dos puertas y llevaba motores bastante potentes de diésel o gasolina entre 150 y 207 CV.

El modelo tenía un precio que oscilaba entre los 32.000 y los 43.000 euros, y fue un fracaso rotundo.

Renault Vel Satis

Otro modelo salido de lo convencional, presentado como sustituto del Renault Safrane, en una intentona de la marca francesa de competir con berlinas premium alemanas, fue el Vel Satis.

Recibió varios Restylings a lo largo de su vida comercial, pero nunca llegó a gustar del todo a los conductores, y con un precio de entre 32.000 y 46.000 euros, dejó de comercializarse en 2009 tras una larga etapa de fracasos.

Audi A2

En 1999, Audi pretendió introducirse en un nuevo segmento hasta ese momento no probado por ellos, los monovolúmenes. Fue así como nació el Audi A2, un monovolumen con una estructura completamente de aluminio y un elevado equipamiento.

Contaba con un interior bastante amplio y una calidad en los acabados a la altura de la marca alemana y sus vehículos más premium, ya que Audi no escatimó en su fabricación. Aunque quizás lo más llamativo de todo era su ridículo consumo, el cual se convirtió en el más bajo del mercado.

Por un precio de 19.000 euros, no tuvo ningún tipo de éxito a pesar de todo, y dejó de fabricarse en 2005 tras solamente una generación de vida útil.

Peugeot 1007

Justo cuando Audi decidía desbancar de la carrera al A2, Peugeot decidió que era buen momento para sacar un vehículo prácticamente igual.

El 1007 era un coche muy práctico, pero no funcionó tampoco en absoluto y, tras unos años, y al igual que el A2, dejó de fabricarse.

Mercedes Clase R

En la segunda mitad de los 2000, Mercedes-Benz fusionó monovolumen y crossover para estrenar la Clase R.

El coche coincidió con el surgimiento de los SUV, pero el concepto no cuajó en el público, precisamente, por parecerse demasiado a un monovolumen. Eso sí, tenía de todo, un coche muy confortable y espacioso, más que el Clase S, y aún sigue siendo uno de los mejores coches para viajar.

En tan solo cuatro años de vida, dejó de fabricarse y Mercedes apostó más por los todocaminos.

Citroen C6

Quizás el más lujoso de la lista, el Citroen C6 nació como intento de resucitar al “tiburón” francés y competir en el segmento de las berlinas de lujo contra las marcas alemanas.

Pese a ser un coche excelente, con unas características impresionantes, los prejuicios de buena parte de los consumidores jugaron una mala pasada.

Lucía un diseño espectacular, fuera de lo normal, con una zaga muy peculiar, cuya luneta tenía forma cóncava. Las ventanillas carecían de marcos y el interior era amplio, lujoso y confortable.

Se ofreció con motores de hasta 241 CV, todas las versiones con cambio automático, aunque su funcionamiento dejaba un poco que desear.

A pesar de todo, su precio y sus averías bastante costosas, hicieron que este impresionante coche de su época no terminara triunfando.

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