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Las curiosidades de un modelo incomprendido: Audi A2

A finales de los años 90, Audi se embarcó en un proyecto que quizás difería demasiado de lo que su público esperaba recibir. La firma alemana se decidió por fabricar un pequeño monovolumen que atrajese a un público completamente ajeno a la marca.

Además de ser bastante práctico, el Audi A2 posee algunas curiosidades que seguramente desconocías.

Eficiencia de consumo: Aerodinámica y motores

Una de las prioridades de la marca era maximizar el rendimiento energético del vehículo para tener un consumo más eficiente. Para ello, debía trabajar en dos aspectos fundamentalmente: La aerodinámica y los motores.

En cuanto a la aerodinámica, el A2 se caracterizaba por un diseño poco convencional. Presentaba un aspecto casi de furgoneta, aunque con una caída del techo más suave, casi como un coupé, rematado por un alerón integrado en la luna trasera.

Para mejorar la eficiencia, Audi decidió hacer un uso maximizado del aluminio en buena parte de la estructura y carrocería del coche. Esto permitió que las variantes de gasolina pesaran menos de 900 kg y las de motor diésel unos 990 kg.

Gracias a la utilización del sistema ASF (Audi Space Frame), la carrocería del Audi A2 de aluminio es un 40% más ligera que una similar construida en acero.

El segundo aspecto, los motores, se consiguieron unas mecánicas que ofrecían unos niveles de consumo auténticamente ridículos, incluso si lo pusiéramos en comparación con la actualidad.

Su motor 1.2 TDI de tres cilindros e inyector bomba, de 61 CV, declaraba un consumo de 3 litros a los 100 kilómetros, una auténtica barbaridad.

Una solución práctica muy poco conocida

Quizás la curiosidad más llamativa de este Audi A2 sea la ingeniosa solución para acceder a los depósitos de los líquidos del motor sin tener si quiera que abrir el capó.

En la parrilla frontal había una trampilla que se podía abatir y permitía un acceso limitado al motor, básicamente, a los depósitos de los líquidos y el aceite. Esto era así porqué el capo era muy trabajoso para abrirlo, ya que, en lugar de tener un sistema hidráulico, requería girar dos presillas y retirar el capó completo.

Un equipamiento digno de un deportivo

El interior y el equipamiento de este Audi A2 era digno de ser un auténtico Audi con mayúsculas, ya que poseía absolutamente de todo.

Este peculiar monovolumen contenía sistemas como el control de estabilidad ESP, airbags frontales y laterales, llantas de aluminio, climatizador automático, elevalunas eléctricos delanteros, y cierre centralizado de serie.

El acabado superior Style añadía elementos como los asientos delanteros regulables en altura, cierre con mando a distancia, inserciones de aluminio, volante deportivo de tres radios forrado en cuero, pomo de cambios de cuero, y numerosas opciones de personalización además de un tapizado exquisito.

Y tú, ¿Crees que tendría éxito este coche hoy en día?

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