La destrucción de la presa de Jersón podría provocar una catástrofe ambiental
La guerra de Ucrania sigue pasando factura en el propio país, pero, además, también en sus alrededores. El suceso más reciente, la destrucción de la presa de Jersón, ha provocado que 80 pueblos hayan quedado anegados y unas 17.000 personas evacuadas.
Además de los daños causados por las inundaciones, la ruptura de la presa, y la consecuente destrucción de su sala de máquinas y lo que había en ella, ha provocado el vertido de 150 toneladas de aceite de motor al río Dniéper, lo que podría provocar un daño gravísimo al mar negro en su desembocadura.
Según Europa Press, la destrucción de la presa situada en la central hidroeléctrica de Nueva Kajovka, en el este de Ucrania, durante la madrugada del lunes, ha provocado que el aceite de motor que se encontraba allí presente haya acabado vertido en el río Dniéper, y las autoridades ya temen de un desastre ecológico que podría ir a más si finalmente acaba en el Mar Negro.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha reunido este mismo lunes de urgencia a su Consejo de Seguridad Nacional y Defensa con el objetivo de determinar las consecuencias de la destrucción de la presa. En esta reunión se ha informado del vertido de aceite hidráulico en el río, y el ministro del interior, Igor Klymenko, ha asegurado que en el momento de la explosión había “450 toneladas de aceite hidráulico en la sala de máquinas”.
Según las declaraciones recogidas por El Confidencial, Klymenko confirmó que el aceite de la sala de máquinas avanza “a gran velocidad” por el río hasta llegar a la desembocadura en el Mar Negro, lo que implica una catástrofe ambiental próxima de no contenerse.
Se ha informado también que las autoridades ucranianas trabajan a destajo en estos momentos para contener el vertido del aceite tras la destrucción de la presa de jersón y evaluar la probabilidad de que las otras 300 toneladas lleguen también al río.