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La curiosa historia del inventor del control de crucero

Conducir un coche en la actualidad es una experiencia gratificante que nada tiene que ver con la experiencia que tenían los conductores de antaño. La tecnología actual nos ha ayudado a facilitar la labor de conducir un vehículo de una forma más segura y relajada.

 

La seguridad es el objetivo principal de los fabricantes, pero no es el único fin que persiguen, ya que hay una serie de elementos que nos ayudan a hacernos más cómoda la función de ponernos al volante.

Una de estas innovaciones es aquella que nos ayuda a mantener una conducción relajada y despreocupada en autopistas y autovías, y la cual conocemos como control de crucero. Este sistema nos permite programar una determinada velocidad para que el coche solo se encargue de mantenerla de forma constante sin necesidad de tocar los pedales. 

Pero, ¿Quién inventó el control de crucero?

Los orígenes de esta peculiar función los encontramos en el Reino Unido, donde el escocés James Watt experimentó una incipiente sistema para controlar la velocidad en máquinas de vapor en 1978 y a principios del siglo XX algunos vehículos de la marca británica de automóviles Wilson-Pilcher equipaban este novedoso sistema.

Sin embargo, ese sistema inventado por Watt no era ni mucho menos el control de crucero que conocemos hoy día, el cual fue ciertamente inventado por el ingeniero estadounidense Ralph Teetor en el año 1945.

¿Qué se esconde tras Ralph Teetor y el control de crucero?

Ralph Teetor, nacido en un pueblo de Indiana (EEUU) en el año 1890, perdió un ojo cuando apenas contaba con cinco años al sufrir un accidente con un cuchillo, y poco después se quedó ciego del todo aquejado de una oftalmía simpática que le afectó al otro ojo.

A pesar de la dureza con la que le trató la vida, Teetor fue un niño inquieto que jugaba en el taller de su padre mientras desarrollaba un talento especial para sentir objetos mecánicos y diseñar piezas. Sus manos se convirtieron en sus ojos y creía que podía tener futuro como ingeniero.

Con 12 años, apareció en el “New York Herald” por haber construido una dinamo en miniatura y un pequeño coche que alcanzaba una velocidad máxima de 40km/h.

Al terminar la secundaria, y tras ser rechazado por varias universidades por su discapacidad visual, entró en Pennsylvania para graduarse como ingeniero y ser reclutado por la marina estadounidense y, más tarde, por sus tíos para la producción de piezas mecánicas en Perfect Circle Corporation, empresa de la que más tarde sería Director General. 

De sus manos salieron piezas para empresas de automoción como General Motors, Studebaker, Packard, y Chrysler.

Debido a su alto cargo en la empresa, tenía que realizar constantes desplazamientos para visitar a clientes y ampliar el radio de acción de la empresa, y como no podía conducir, se valía de su abogado para ir de una parte a otra. Fue a raíz de esos desplazamientos cuando, debido al abuso del freno y el acelerador que hacía su conductor, y a los constantes tirones que daba con el coche, decidió inventar una forma de mantener una conducción lineal y constante.

De esta manera surgió el control de crucero moderno que conocemos que Teetor patentó en 1945 y Chrysler incorporó a sus modelos unos años después en 1958.

La crisis del petróleo de la década de los 70 dio una gran popularidad al invento debido al ahorro de combustible que suponía circular a una velocidad estable.